sábado, 30 de julio de 2022

Primeras letras



De los topos, aprendimos a hacer túneles.

De los castores, aprendimos a hacer diques.

De los pájaros, aprendimos a hacer casas.

De las arañas, aprendimos a tejer.

Del tronco que rodaba cuesta abajo, aprendimos la rueda.

Del tronco que flotaba a la deriva, aprendimos la nave.

Del viento, aprendimos la vela.

¿Quién nos habrá enseñado las malas mañas? ¿De quién aprendimos a atormentar al prójimo y a humillar al mundo?


Las bocas del tiempo. Eduardo Galeano


Proyecto de filósofo ha facilitado el enlace para descargar esta joya.


lunes, 25 de julio de 2022

Domingo en rojo

Le pedí que se desnudara despacio, lentamente.
Y obedeció.

miércoles, 13 de julio de 2022

ALMENDRAS DULCES

Como almendras buscándote
Toda la noche 
  Y el vientre en flor Capitán

domingo, 10 de julio de 2022

Noticias felices en aviones de papel


                                                 María Hergueta
   
Quiero pensar que el artilugio electrónico no hará desaparecer el libro de toda la vida, aunque reconozco que compro menos libros que antes, pero no porque haya sustituido la pantalla por el papel, sino por otros motivos. Lo que sí tengo claro es que no todos los ejemplares tienen la misma posibilidad de supervivencia, al menos en mi biblioteca. Desde hace años compro tres tipos de libros.

Un grupo de ellos está formado por los llamados libros para devorar; libros, no diré de usar y tirar, pero casi: compro la historia en la edición más barata del mercado, libro de bolsillo, fácil de transportar, de poco peso y poca durabilidad. Así he leído Mi color favorito es verte o Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión, por ejemplo. Su compra obedece a un impulso mezclado con la necesidad de distraerse con algo fácil, fresco y joven.
Hay otros libros que los compro por deseo de saber, para hacerme pensar, como La vida bajo escrutinio o La estética del s. XVIII. En este grupo entrarían los estudios, ensayos, manuales, etc. Casi nunca me defraudan.
Y por último, están los libros bellamente encuadernados, mimados en su presentación, con ilustraciones conmovedoras, de los que, una vez vistos, es difícil separarse de ellos y devolverlos a su estante como si no hubiéramos sentido nada. Uno de ellos, de precioso título, es Noticias felices en aviones de papel, del maestro Juan Marsé, magnífica y dulcemente ilustrado por María Hergueta, amor a primera vista. Todo en él es exquisito. Es un regalo excelente para cualquier edad. Tenerlo cerca calienta el corazón.
 Federico Zandomeneghi

...la felicidad íntima que me provoca el libro de Marsé. Se publica en una hermosa edición, ilustrada por María Hergueta con mano figurativa, elegante y pacífica.