
New Jerusalem. Fred Tomaselli
Reparar alfombras, hijo mío, era el mejor oficio que podía aprender. Por todas partes hay piezas dañadas que necesitan arreglo. Tu padre podría ir a donde hiciera falta. De esa manera podría ganarse el sustento, tejiendo, tiñendo, cepillando y diseñando como un artista. En las alfombras uno puede plasmar sus pensamientos. Tu padre era un poeta sordomudo y analfabeto. Ya te lo he dicho en alguna ocasión. Necesitaba canalizar sus pensamientos de algún modo, ya fuese en un cuaderno de escritura cuneiforme o en el agujero de una alfombra.
Así pues, con su cuaderno en el bolsillo y la bolsa de herramientas al hombro, Akbar iba cabalgando de pueblo en pueblo.
El reflejo de las palabras. Kader Abdolah