No era tu cuerpo vacío lo que quería de ti.
Tu cuerpo,
sin amor,
no es ni más hermoso ni más sabio
que cualquier otro cuerpo.
No era tu cuerpo vacío. Miriam Reyes
La necesidad de usar máquinas era tan imperativa, desde el punto de vista de los propietarios de las mismas, cuyos medios y situación en la sociedad dependían de ellas, que cargó al trabajador con un peso especial: el deber de consumir productos de la máquina, mientras que imponía al fabricante y al ingeniero el deber de inventar productos suficientemente deleznables y efímeros para que fuera necesario sustituirlos rápidamente por otros.