
Y los poemas, ya podéis imaginar: volver a Miguel Hernández es descubrirlo, redescubrirlo: así de potente es su poesía, se nos esconde misteriosa, pero siempre nos regala algún tesoro, nos deja piedrecitas preciosas en el camino para que volvamos a ella, sin miedo a perdernos.
No puedo olvidar
que no tengo
alas,
que no tengo mar,
vereda ni nada
con que irte a
besar.
Miguel Hernández. EL SILBO DEL DALE,
antología, 2009. EDELVIVES