
La luna, más paciente, se quedaba todavía en el balcón, distinguiendo tus pasos, celosa.
Yo presentía en la orilla del sueño.
Te acaricié con palabras, te rocié con ellas.
Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte u al collado,
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte u al collado,
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.
San Juan de la Cruz
2 comentarios:
Dicen que los blogs están muriendo.
Están mintiendo, afirmo cada vez que paso por el tuyo...
Muchas gracias, un abrazo!
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