
Te he visto más bronceado y más delgado. Será la cámara, quizá. He parado los pies a una impertinente ola negra de miradas mirándote, de otras miradas de esos puertos exóticos en los que recalas y en los que no te reciben mis ojos.
Viajaba por países de nombres que saben a frutas, a aventuras de piratas, a horas silenciosas frente a mares transparentes, a pieles de deseable tonalidad almibarada.
Desencuentro puntual. Luis Sepúlveda
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