
El primer requisito pues para el sistema de la fábrica era la castración de la pericia.
El segundo, la disciplina de la miseria.
El tercero, el cierre a toda ocupación alternativa mediante el monopolio de la tierra y la des-educación.
Reducido a la función de una rueda, el nuevo trabajador no podía funcionar sin estar unido a la máquina.
Como los trabajadores carecían de los incentivos de los capitalistas de la ganancia y la oportunidad social, las únicas cosas que les mantenía atados a la máquina eran la miseria, la ignorancia y el miedo. Estas tres condiciones fueron el fundamento de la disciplina industrial, y fueron conservadas por las clases dirigentes aun cuando la pobreza del trabajador socavaba y arruinaba periódicamente el sistema de producción en masa que fomentaba la nueva disciplina de la fábrica.
En ello reside una de las contradicciones inherentes del esquema capitalista de producción.
Técnica y civilización. Lewis Mumford
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