Malcolm Liepke
No sabía que te gustara tanto la música, diría, tal vez ya sospechando, a punto de fijarse también en algunas variaciones sutiles y a la vez cautelosas en el vestuario, en la corbata, incluso en la simple manera de mirar. "Tú no te das cuenta, pero ya no miras como antes", le había dicho Susana, mirándose los dos en el espejo del lavabo, en casa de ella, los dos desnudos, despeinados, con un brillo idéntico de satisfacción y abandono en los ojos.
Plenilunio. Antonio Muñoz Molina
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