domingo, 16 de agosto de 2020

Que ningún viento borre el camino

Inma Díaz

Vivimos una pandemia que no cede; más al contrario, se recrudece día tras día y asistimos estupefactos a una escalada que no sabemos hasta dónde nos llevará. Nuestro mundo cotidiano ha sido recortado en múltiples aspectos, y aunque las precauciones nos mantienen callados y cautivos mucho más de lo que quisiéramos, la posibilidad de una mayor restricción nos eriza la piel y añade un velo de tristeza a nuestra vida, otro más. 

Sin embargo, también en el desastre se aprende: la incertidumbre vital nos hace valorar cada día más la familia y la amistad, porque al final, como al principio, el amor es lo que merece la pena vivir, lo único que importa de verdad.

Saludos desde la selva.

                                 

Que ningún viento borre el camino

por el que venías
a acompañarte de mí
cada tarde.


Que ningún viento borre el camino. Gloria Fuertes

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