Etéreo. Inma Díaz
Jamás me perdonó que la hubiera ayudado a salir adelante cuando volvió a Madrid. Tampoco que, más tarde, le prestara un dinero que me pidió para pagar el alquiler y que me devolvió, cuando me había olvidado de él, a través de una tercera persona.
(Juan José Millás. El mundo)
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