Caminaba junto a ella por senderos llenos de agua y de hojas secas, tendiéndole a veces la mano para evitar un charco. Entonces sonreía con una sonrisa sin reticencias.
Caminando por los cielos de la naturaleza, entre la divinidad de los senderos y praderas, se hace precioso el camino cuando alguien te acompaña y te tiende la mano.
2 comentarios:
Caminando por los cielos de la naturaleza, entre la divinidad de los senderos y praderas, se hace precioso el camino cuando alguien te acompaña y te tiende la mano.
Me ha encantado tu entrada.
Besos y feliz día.
Muchísimas gracias, un abrazo.
Publicar un comentario